Darwin decía que somos egoístas, que por mor de la selección natural todo lo más ayudamos a los parientes, que son copias de nosotros mismos, pues tienen nuestros genes (eficacia biológica inclusiva) Hay quien ha afirmado que sin egoísmo no hubiera sobrevivido la especie humana.
Trivers habla de altruismo recíproco, “do ut des” que decían los romanos: te doy para que me des. El principio de reciprocidad es universal, hasta tal punto que puede más que el de semejanza a la hora de sentirnos atraídos por el sexo opuesto (me gustas porque veo que me vas a corresponder, aunque no te parezcas a mí en mi visión de las cosas o actitud frente al mundo)
Cialdini: somos egoístamente altruistas. O sea, ayudamos al prójimo para “no sentirnos mal”
Batson, en un particular “duelo dialéctico” con Cialdini demuestra con sus investigaciones que sí que existe el altruismo, y ello se debe a una facultad innata en todos nosotros:
La empatía
La tenemos en común con los animales más inteligentes del planeta: delfines, primates. La ciencia da la razón a Batson, tenemos “neuronas espejo”, sentimos el dolor ajeno como propio, aunque no sea íntegro, pero lo sentimos. Para nuestro cerebro no hay tanta diferencia entre “tú” o “yo”. Así lo ilustra un vídeo de Redes que inserto al pie.
El altruismo es inteligente.
Al final regresamos al gran Platón:
El Bien, la Belleza, la Verdad y la Inteligencia son lo mismo
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